- No, yo no tengo tu sonrisa - le dije.
Me miró desconcertada, con las palmas húmedas extendidas al cielo.
- Pero entonces dónde, decime dónde está mi sonrisa?
- Yo solo colecciono lágrimas, nena.. no tengo idea dónde estará.
Entonces, de la comisura de su ojo izquierdo amaneció una gota de infinito. Pude olerla, perfume de mar embravecido.
La ansiedad crispó mi piel, no me quedó más antídoto que preguntarle:
- Nena, me das tu lágrima?
La dejó caer en la cima de mis dedos y se marchó despojada de toda emoción.
Con todo el alma (de coleccionista, claro) hace ese pedido, ya que solo se sensibiliza ante ese preciado objeto.
ResponderEliminarEn caso de no hallarla, ella deberìa buscar un puestito de sonrisas en alguna peatonal... hoy se consiguen a mòdicos precios (vale aclarar que suelen ser de penosa efectividad, calidad y duración)
Conozco muchos coleccionistas de lágrimas. Quizás en el fondo también yo sea una coleccionista.
ResponderEliminarTodo un descubrimiento tu blog. Me gustó mucho.
Un beso, Jared.
Gracias Manco, Gracias Chica :)
ResponderEliminarMaldito coleccionista
ResponderEliminarque ha de hacer llorar a las nenas.
( Che, estás escribiendo hermoso )
Somos tan extraños y diferentes, que cada uno tenemos distintas manías y gustos por reunir y compilar textos de los más dispares. Me ha gustado este coleccionista tan peculiar.
ResponderEliminarsaludos.
Lucía, tiene una fijación el pobre.. y siempre, gracias :D
ResponderEliminarEsilleviana, si te ha gustado quizá vuelva por vos :O cuidado!
Ooowww, malo!!!
ResponderEliminarIgual es lindo lo que escribiste.
Jajajaja! Malo? Naaahh
ResponderEliminarun perverso terrorista emocional!
ResponderEliminartomá, acá las tenes! llevate todas mis lágrimas! vaciame de lágrimas, así encuentro mi sonrisa y me la guardo (para mí)
Besos
(coincido con lucia: estas escribiendo cada vez mejor)