Pude escuchar poco de aquella conversación en el arenero de la plaza:
- Cada atardecer el Sol abre su pecho ardiente, arroja al cielo su corazón de piedra y muere. - sentenció él, con tono grave.
- Entonces la Señora Luna es el corazón del Señor Sol, papá? - insiste su inocencia.
- Si chiquita, y cada madrugada cuando el sereno florece, la Luna se desliza dentro del Sol y late pluc, pluc, pluc, pluc..
- Y así amanece? - preguntó dos veces ella, una con la voz, otra con sus ojitos vivaces.
Calmo, él confirmó con un gesto.
- ¿Papá, y por qué los árboles no sienten miedo? ¿Y por qué dices que el silencio corre desnudo soñando con ser viento?
El hombre sonrió.
- Todo te lo contaré a su debido tiempo, sin embargo no me pidas que te cuente cuánto te quiero. Tardaría mil corazones de piedra surcando el Cielo.
Me alejé envidiandolos.
Yo me hubiera alejado de la misma forma...
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo.
Gracias Chica :D
ResponderEliminar♥♥♥♥
ResponderEliminaroh...
...
...
...
(ese es mi silencio que expresa que me gusto tanto, que me quede sin palabras)
Besos
Escribe lindo usted.
ResponderEliminarSaludos!
Jajajaja! Gracias Sunshine, para ud. especialmente que dice que escribo oscuro :P
ResponderEliminarLila, la idea era hacerte gastar saliva che! Beso!
Hugo, favor que me hace Ud., un abrazo grande :D
Y mi papá se dormía mientras me leía un libro a la siesta, un sentido del romanticismo naif tremendo.
ResponderEliminarTan fantástico que me hicieron querer un papá así.
jajajajaja! una ternura tu viejo! xD
ResponderEliminarMuy lindo tu cuento. Y eso de alejarse es una buena táctica para preservar el momento y dejarlo así como signo de amor y un lindo recuerdo.
ResponderEliminarA mi me gustaba contar cuentos en voz alta a mi hermanito, a quien lo quiero tanto y me ha dejado preciosos recuerdos con disfraces sin nada en el aire que cuestionar...todo era fantasía, y lo sabíamos no se como pero cuanto lo disfrutabamos!!
Saludos.
:D qué lindo! qué lindo! nos pegó la nostalgia eh! :P
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